La convocatoria de este año ha concedido ayudas al alquiler a 10 negocios y, con 12 proyectos, ha agotado los 100.000 euros para subvencionar las rehabilitaciones
La convocatoria de las ayudas K-Biziak de este año cerró su plazo el 31 de octubre. Aunque ha habido algunas de las solicitudes que han quedado pendientes de presentar documentación, los números generales del programa están bastante claros. Diez comercios tendrán ayudas al alquiler durante su primer y segundo año de trayectoria y doce han visto aprobada su solictitud para reformar el local. Por primera vez desde que se instauró esta línea en 2015 se ha agotado el presupuesto.
«En Irun sigue habiendo muchas personas emprendedoras que apuestan por nuestras calles, por invertir aquí su futuro», apunta la delegada de Impulso de Ciudad, Nuria Alzaga. Este año han crecido las solicitudes en K-Biziak y los datos «reflejan una tendencia clara: hay actividad, hay movimiento, hay gente con ganas de emprender, pero hace falta apoyo para arrancar y consolidarse. Estas ayudas», defiende la concejala, «no son un premio, son un empujón para que un proyecto pueda sobrevivir a sus primeros años, siempre los más difíciles».
Alzaga destaca que en la partida para apoyar la rehabilitación de locales, por primera vez, se ha utilizado hasta el último euro. «Eso quiere decir que hay comercios invirtiendo en renovar su imagen, por afianzarse en Irun. K-Biziak no sólo ayuda a abirir locales, ayuda a transformar la ciudad porque cada nuevo negocio, también cada negocio que se rehabilita, aporta vida, seguridad, empleo, actividad económica y espacio para las relaciones, porque no hablamos sólo de economía, esto es tejido social», defiende.
Más y mejor K-biziak
Consciente de todo ello y respondiendo a la máxima de que el Ayuntamiento «siga estando del lado del comercio», la delegada confirma un aumento de la cuantía para subvencionar las reformas de los locales, «porque donde vemos necesidad, donde vemos la oportunidad de ayudar realmente, reforzamos».
En el consistorio está asentada con firmeza la idea de seguir utilizando K-Biziak como herramienta de apoyo al comercio, aumentando él dinero habilitado si es necesario, pero también revisando los criterios para adaptarlos a la cambiante realidad. «Seguimos escuchando para adaptar y mejorar estas líneas de ayudas cada año porque, si cambia la ciudad, deben hacerlo las herramientas que usamos para sostenerla», confirma Alzaga. «Somos conscientes de los retos del sector: la digitalización, el incrementos de costes, la presión de grandes superficies, los cambios de hábitos. Por eso nuestra política de apoyo no se limita a K-Biziak o a otros programas puntuales sino que responden a una estrategia global para sostener la actividad económica de proximidad».

La convocatoria de este año ha concedido ayudas al alquiler a 10 negocios y, con 12 proyectos, ha agotado los 100.000 euros para subvencionar las rehabilitaciones


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