- ¿Qué te motivó a emprender en el ámbito de la moda sostenible y la costura?
El 14 de marzo de 2020 cuando el confinamiento por Covid paró el mundo, lancé tutoriales online gratuitos para confeccionar con materiales que teníamos en casa y tuvo una especial acogida por el público infantil. Fue cuando empecé a pensar en la frase de Ghandi que lo resume todo, “El planeta es el préstamo de nuestros hijos y no la herencia de nuestros padres”.
- ¿Cómo surgió la idea de ofrecer talleres además de confeccionar moda?
Fue por la demanda del público después de la pandemia, las personas tienen mucha creatividad interna que necesitan exteriorizar como manera de expresión. En pocos meses además de mujeres y algún hombre, vinieron niñas preguntando por la costura creativa y me volqué para dar un buen servicio.
- ¿Qué retos encontraste al iniciar tu proyecto y cómo los superaste?
Empecé el día 1 de febrero de 2020 con la intención de crear confección de calidad y dar servicio de arreglos al barrio, pero el 14 de marzo todo cambió y tuve que especializarme en mascarillas, al principio solidarias y después el público quiso agradecer mi compromiso solidario y el objetivo del taller poco a poco fue cambiando.
- De los apoyos que has tenido en este proceso, ¿qué destacarías?
He tenido mucho apoyo. Mi marido y mis hijos han sido mi motor cuando me fallaban las fuerzas, y también mucho apoyo a nivel institucional, en especial con Bidasoa Activa y su asesoramiento personalizado y los cursos gratuitos para personas emprendedoras. El ayuntamiento de Irun ofrece ayudas a emprendedores/as.
- ¿Cómo defines tu estilo y filosofía dentro de la moda sostenible?
Tengo un estilo reconocible por la versatilidad de las prendas y accesorios para que perduren en el tiempo, me encanta trabajar con materiales que pueden considerarse residuos y transformarlos en algo bonito, especial, útil y atemporal, siempre con un resultado de costura impecable. A veces cuesta creer que algo que he creado sea con materiales que se iban a tirar a la basura.
- ¿Qué impacto esperas generar con tu trabajo en la comunidad de Irun?
Espero contagiar mi entusiasmo y que cada vez seamos más las personas que queramos reinvertir los prácticamente 10.000 litros de agua (13 kg de CO2) que se consumen para producir un pantalón vaquero y transformarlos en miles de accesorios, también con diferentes materiales reutilizables para evitar residuos.
Quiero lograr que Irun sea un referente en esta materia.
¿Qué perfil de personas suele acudir a tus talleres?
Hay diferentes perfiles, desde mujeres que después de su trabajo necesitan desconectar en un espacio de creatividad y comunidad hasta personas jubiladas para coser prendas a sus nietos/as, y por supuesto ¡mis niñas! chicas de 11 a 15 años que son quienes dieron el primer paso en la reutilización y nos dieron una lección importante de concienciación.
- ¿Cómo integras la sostenibilidad en todos los aspectos de tu proyecto?
Desde el ecodiseño al prototipar accesorios, a la búsqueda constante del residuo 0, no desperdiciar nada, reparar prendas en las clases y también darles una nueva vida y por supuesto al material que nos donan empresas de la comarca para evitar residuos, siempre pensando en el Km0 para evitar emisiones de CO2.
- ¿Qué consejo darías a jóvenes emprendedores/as que quieren iniciar un proyecto creativo y sostenible?
No sé si soy quien para aconsejar ya que cada circunstancia es muy personal, pero les diría que “adaptación” es la palabra clave, que no siempre la primera idea es la que va a marcar el rumbo y que cuando se cierre una puerta vean las ventanas que hay abiertas, la resiliencia nos da perspectiva y muchas respuestas.
El emprendimiento puede ser una carrera a medio plazo.
- ¿Qué metas tienes para tu proyecto en el futuro cercano?
Seguir recorriendo este camino tan bonito con el mismo entusiasmo y seguir mereciendo la confianza de las personas que se apuntan a mis talleres y cursos.
Mi objetivo es que “LA TIERRA TIENE FIEBRE” sea un movimiento cada vez mayor y que todas las personas que damos este paso adelante podamos sentir el orgullo de dejar huella (y de la buena) en nuestro planeta.
- ¿Cuál ha sido tu mayor satisfacción desde que comenzaste?
Sin duda, ver a niñas y niños que han confeccionado una mochila sostenible en diferentes talleres impartidos en el Gazteleku Martindozenea, Gazteleku Artia y Haurtxoko Txikilab pasar de excursión con la mochila a la espalda y saber que es su favorita porque la hicieron ellos mismos y han aprendido a reutilizar en vez de tirar. La concienciación medioambiental es clave para su futuro.
Comentarios (0)