22 may Ylenia Benito Morán propietaria de la nueva librería Brontë liburu-denda de Irun
“Son tiempos duros para el libro, pero sé que los lectores están ahí y confío en salir adelante con este proyecto”
Irunesa y periodista de formación, Ylenia Benito, de 31 años, hizo realidad este viernes uno de sus sueños. Abrió Brontë Liburu-Denda, en el 16 de la calle Mayor.
Fuente: NOTICIASDEGIPUZKOA – Xabier Sagarzazu – Domingo, 21 de Mayo de 2017 – Actualizado a las 06:14h
Lectora y cinéfila empedernida, Ylenia Benito recuerda que “de pequeña soñaba con ser astronauta, actriz, periodista y librera”. Lo primero era “un imposible” y para lo segundo, afirma, se la ha hecho “tarde”. De periodista ha ejercido desde los 22 años y seguirá todavía “haciendo algunas entrevistas escritas”. Y ahora, ya es librera.
¿Qué le lleva a abrir una librería como Brontë Liburu-Denda en estos tiempos? ¿No le dan miedo precedentes cercanos como el cierre de Oskarbi, en Irun, a principios de este mismo año?
-Puede parecer un contrasentido y hasta una temeridad, pero son esos malos tiempos los que me han terminado de animar a abrir mi librería. El cierre de Oskarbi me dio, como a muchos, una pena tremenda, porque era de esas librerías a la vieja usanza. Donde conoces a quien te atiende y este también te conoce, donde saben lo que venden, te aconsejan… Creo que esas librerías pueden y tienen que sobrevivir. Somos muchos los lectores que todavía disfrutamos con el placer de ir a una librería y ver, tocar, oler, hojear libros. Además, desde que empecé a poner este proyecto en marcha y la gente ha ido sabiendo de él, no he recibido más que ánimos y una respuesta positiva. Creo que los lectores están ahí y confío en sacar adelante este proyecto. Ahora, toca vender.
¿Pero no está el libro en crisis? ¿Cómo podrá competir con las grandes superficies o Internet?
-Llevamos años oyendo hablar de que el libro se muere, de su eterna crisis, pero ahí sigue. Lo que sí hay es una transformación. Primero por la irrupción del libro electrónico y lo fácil de piratear que es, segundo por la competencia de otras formas de ocio y cultura. Pero la gente sigue leyendo, hay lectores. Y en estepanorama,una librería como Brontë no puede competir en precio con las grandes superficies o los portales de Internet. Lo que toca es diferenciarse, ofreciendo cosas que igual no se encuentran en otros lugares y esa experiencia de la librería clásica. Y todo, complementando la venta de libros con actividades paralelas, como presentaciones, grupos de lectura, recitales y más cosas, que iré poniendo en marcha poco a poco. Lo iremos anunciando a través de Facebook, Twitter, Instagram y pronto, espero, a través de nuestra web y blog.
¿Qué puede encontrar la gente si entra por la puerta de su local?
-Encontrarán, desde luego, los libros que están en boga, los títulos que más se están vendiendo en cada momento. Pero también, libros de autores clásicos y de editoriales pequeñas, que hay muchas y están publicando cosas muy interesantes. Hay también literatura y libros para niños, que es un mundo maravilloso que estoy descubriendo ahora y me está dejando asombrada, porque no tiene nada que ver con lo que había en mi infancia… Hay novela, poesía, ensayo y también novela gráfica. Y también libros de segunda mano, porque creo que hay gente que lee mucho y no puede permitirse comprar siempre nuevo. Y por el encanto de coger un libro e imaginarte o conocer lo que le ha podido dar a otros, en forma de páginas marcadas o párrafos subrayados, por ejemplo.
¿Por qué el nombre de Brontë?
-Es un homenaje a las tres hermanas, Emily, Anne y Charlotte, que se vieron obligadas a publicar bajo seudónimo y fueron y son un referente. Y a la vez, un guiño a los clásicos.
Su txoko guipuzcoano. Arma Plaza en Hondarribia, por su historia y sus vistas.
Un monte. Soy más de ciudad, me costaría elegir uno.
Un paisaje. Las vistas hacia el mar desde Kai Zaharra, en Hondarribia, que tiene otros muchos puntos maravillosos.
Una playa. Hendaia, donde mi madre solía llevarnos pero no lo hacía tan a menudo, porque a ella no le gusta la playa.
Una fiesta. Celebrar cada año el Día del Libro, que por fortuna, seguirá vivo mucho tiempo.
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