Emprendiendo en el Bidasoa – Lamiarri

«Hay muy poca gente que se haya hecho sólo un tatuaje»

Tras formarse como diseñador gráfico y pasar por el grabado, llegó al mundo de los tatuajes, que le cautivó a Telmo Iridoy llevándole a abrir Lamiarri, estudio de tatuajes y piercing

 

Fuente: DV – Alicia del Castillo

Hondarribia – Miércoles, 14 de febrero 2024, 20:43

 

Lamiarri es el estudio de tatuajes y piercing que Telmo Iridoy y Leire Otermin tienen en Hondarribia. ‘Lamia’, de sirena y ‘arri’ -harri- en euskara, roca. Nombre que hace referencia a la mitología y a la tradición marinera de este pueblo pescador. Trabajan casi todos los estilos, sintiendo una especial debilidad por el tatuaje tradicional.

– Telmo, siempre has tenido relación con el mundo del arte, desde pequeño.

– Siempre he visto a mi madre (Lupe Amunarriz) pintar en casa y el arte siempre ha sido como un camino, como una posibilidad. Siempre me ha gustado. Mi madre daba clases de pintura y yo siempre que podía, me unía.

ESTUDIO —«A veces te cuentan historias muy personales que tienen que ver con los tatuajes»

– Antes de llegar al tatuaje has pasado por otras disciplinas.

– Al tatuaje llegué con 25 años. Antes he pasado por el grabado, diseño gráfico y luego fui probando técnicas más artesanales hasta llegar al tattoo. No era mi idea, pero surgió y acabé tatuando, teniendo antes una buena base de dibujo.

– Estudié en Talaia, hice Bachillerato científico, pero luego fui a Barcelona a hacer Diseño Gráfico. Cuando empecé hace diez años con el tattoo, no había escuelas. Aprendí preguntando mucho y practicando más.

– ¿Tú ya tenías tatuajes?

– Me empecé a tatuar cuando empecé a aprender. Tenía un concepto del tattoo muy noventero, de tribales y cosas que no me llamaban mucho la atención, pero luego fui viendo cosas nuevas, me interesé y ya me empecé a tatuar también.

– ¿Y te has tatuado tú a ti mismo?

– ¡Sí, claro! Hay que practicar y qué mejor que contigo mismo. Creo que es básico para aprender.

– Tiene que ser en un lugar accesible…

– En uno en el que puedas usar las dos manos, como el muslo.

– ¿Cuál fue el primero?

– Fue con un amigo. Estaba tatuando y me dejó la máquina para hacerle a él un par de líneas. Y luego me hice alguna chapucita a mí mismo en el muslo, que de momento, ahí sigue.

– ¿Quién va a tatuarse por primera vez tiene que tener claro el estilo y buscar a un tatuador específico?

– Eso es lo ideal, aunque cuando te tatúas por primera vez es difícil saber qué estilo te gusta. Hay gente que lo tiene muy claro, pero en general, no es así. Y luego, cuando se van tatuando, se decantan hacia un estilo. Lo que es importante es encontrar a alguien que vaya a hacer bien lo que tú te quieres hacer. Y tener referencias personales.

– Será importante para vosotros mostrar los tatuajes que hacéis…

– Para nosotros es fundamental. hoy en día nos ayudan las redes sociales. Si no estás ahí, no existes.

– ¿Eres un tatuador del color, te gusta?

– Bueno, me gusta, pero la realidad es que se hacen muchos más tattoos en negro que en color. Hago un 10% de color.

– ¿El paso del tiempo es peor para el color?

– Lo que mejor va a perdurar va a ser el negro. Al hacer un tatuaje en color hay que plantearlo para que envejezca bien, sobre todo que esté contorneado de negro, no hacer líneas con colores muy claros, porque se van a perder…

– ¿Qué es para un tatuador una buena piel?

– Siempre que la piel esté más blanca, que le dé menos el sol, que tenga menos pelo…, todo eso ayuda a que el tattoo luzca más. Y luego que cicatrice bien. Si tomas mucho el sol, si no te hidratas… Hay que cuidarlo mucho el primer mes.

– ¿Cuántos años llevas ya con el estudio?

– Con el estudio cuatro años y medio, aunque llevo unos 9 tatuando. Y conmigo está mi pareja y compañera de trabajo, Leire Otermin, que es la manager y quien hace los piercings.

– ¿Tienes algún tatuaje preferido, de todos los que has hecho?

– Cuando acabo un tatuaje siempre aprendo algo nuevo. Pero sí que hay algún trabajo que me lo haría a mí mismo, aunque las modas cambian y siempre quieres hacer algo diferente.

– ¿El mejor cliente es el que te dice: lo que quieras?

– Pues no creas, cuando te dan mucha libertad… Igual es mejor que acoten un poco, sobre el tamaño, temática…

– ¿Viene gente a hacerse ‘covers’, a arreglar chapuzas?

– Sí, pero no siempre se pueden hacer. Porque siempre hay que hacer algo que cubra y hay gente que cuando ve lo que hay que hacer para cubrir, no lo quiere. He tatuado también alguna cicatriz potente. Se puede hacer, pero tiene que estar muy bien curada. Ha habido cicatrices con mucho relieve que no me he atrevido porque no lo he visto claro.

– ¿Detrás de la mayoría de tatuajes hay un por qué, una historia?

– A veces te cuentan historias muy personales que tienen que ver con los tatuajes. Hay muchas fechas, nombres… Pero hay muchos que se lo hacen solo por estética.

– ¿Cuesta hacerse el primero, pero después es difícil parar?

– Muchas veces sí, es como una barrera, por el miedo a aburrirse, por el dolor, que luego no te va a parar… Vienen a hacerse solo uno y a los tres meses ya están de nuevo aquí. Hay poca gente que tenga solo uno.

– ¿Qué te dice la ama?

– Ella encantada, está orgullosa. Le hice un txantxangorri en el brazo que va enseñando a todo el mundo. Es la mejor publicista que tengo.

 

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