Bidasoaldean ekiten – Asier Requejo, bideogile

«Este trabajo me permite emprender nuevas aventuras constantemente»

ASIER REQUEJOVIDEÓGRAFO

No importa a dónde haya que ir a grabar, él lo ha hecho mientras escala, en un glaciar alpino o desde la cima de un 3.000

Fuente: DV – 14/05/2022

Tras varios años viviendo fuera, Asier decidió en 2021 volver a casa y probar suerte en el mundo de la videografía. FOTO FLOREN PORTU

Hacerlo aunque dé miedo. Es la máxima que aplica a su vida Asier Requejo. Renunciando a la estabilidad que le ofrecía un trabajo en la empresa familiar en Irun, decidió salir de su zona de confort y probar suerte en la hostelería ibicenca. Cinco años después voló a Londres, donde volvió a comen- zar de cero. Hasta que en 2021 regresó a casa para emprender una nueva aventura, esta vez como videógrafo por cuenta propia.

–Tras tu experiencia en la imprenta familiar primero y en la hostelería después, ¿cómo surge la idea de emprender como videógrafo?

– De la manera más tonta. Hace bastantes años me compré una GoPro y la usaba cuando iba a la nieve, de viaje… Después, con lo que había grabado, montaba vídeos y los subía a las redes socia- les, pero no iba a más. Hasta que de repente un día los chicos del equipo Mugalariak de Irun, que organizaban un trail de montaña en Peñas de Aia, me pidieron que grabara la carrera. Hice ese trabajo con David Arretxe, que también es videógrafo, y a partir de ahí vimos que había potencial, que podíamos hacer más cosas.

–Sin embargo, después decidiste marcharte a Ibiza y Londres.

–Sí, los primeros vídeos los hice mientras trabajaba en la imprenta. Y cuando me fui a Ibiza solo trabajaba seis meses en verano, así que en invierno tenía mucho tiempo libre, que aprovechaba para hacer vídeos. Fue así como, a través de las redes sociales, me empezaron a pedir vídeos corporativos y de otro tipo. Después, cuando volví de Londres, con 36 años, me di cuenta de que ya no me apetecía estar yendo y viniendo. Quería una estabilidad y, como me encanta el País Vasco y todo lo que ofrece, decidí intentarlo por mi cuenta.

–En plena pandemia, ¿te costó abrirte camino?

–En cuanto a conseguir clientes diría que no. Pero el hecho de emprender no es nada fácil, a menudo te sientes muy solo. En este sentido estoy muy agradecido a Bidasoa Activa, que ofrece un ser- vicio gratuito increíble y que me ha ayudado mucho en el tema del papeleo, y también para conocer a otros emprendedores que están en la misma situación que yo. Por- que hay días que son muy bonitos y crees mucho en tu proyecto, pero hay otros más oscuros en los que te asaltan mil dudas.

–Hablemos de la parte bonita. ¿Qué trabajos has realizado últimamente?

–Desde un documental en Nepal hasta varias bodas, pasando por vídeos corporativos, una carrera de ciclismo en Mallorca, una grabación en un glaciar en los Alpes, otra con Joseba Argiñano escalan- do una pared de 500 metros, para un programa de ETB… De hecho , ahora mismo estoy como segundo cámara en esa productora.

–¿Un glaciar en los Alpes y una pared de 500 metros?

–(Ríe) Así es. El hecho de ser calador y esquiador y de saber  moverme en la montaña me ha ayudado a diferenciarme. Porque puedo llegar a lugares a los que muchos otros cámaras no pueden. Por ejemplo, he grabado una carrera de esquí desde la cima de un 3.000. Lo mismo con el ciclismo, también me muevo en ese mundo y eso me ha abierto puertas.

–¿Te gustaría centrarte en este tipo de trabajos más enfocados a la acción?

–No me importaría, pero por ahora no tengo intención de cerrar- me a nada. Si me sale una boda o un vídeo corporativo, lo hago con toda mi energía y mis ganas. Además, considero que cada trabajo es un nuevo reto y un aprendiza- je. Y aunque de entrada pueda dar miedo, eso me permite salir de mi zona de confort y emprender nuevas aventuras constantemente, algo que, siendo una persona aventurera, valoro mucho.

–Hablando de aventuras, cuéntame más acerca del documental que has grabado en Nepal.

–Fui con la ONG Nepaldala. Estuve un mes, quince días en el Far West, que es una zona muy remota en la frontera con China que casi nadie conoce, y otros quince en Katmandú. El documental pretende mostrar cómo es la vida de las niñas con las que trabaja la ONG en sus aldeas del Far West, y la que llevan después en Katmandú gracias a Nepaldala. Todavía está en proceso de edición.

–En ese proceso de edición, dos videógrafos con las mismas imágenes pueden crear piezas totalmente distintas. ¿Cuál dirías que es tu seña de identidad?

–De momento te diría que no la tengo muy definida, pero lo que sí intento siempre es generar emociones. Si es una boda, que se vea lo especial que ha sido ese día; si es un evento, intentar sacar el mayor jugo a las imágenes; si es una carrera, mostrar la acción…

–¿Y cuál es la parte más gratificante de cada proyecto?

–Ver la cara del cliente cuando le enseñas el vídeo final y darte cuenta de que le está llegando esa emoción que has querido transmitir.

–¿Un sueño como videógrafo?

–Conseguir hacer algo como Jimmy Chin, el videógrafo de Alex Honnold, un escalador que ha hecho mil historias sin cuerda. Para mí es un referente, porque ha llevado la fotografía y el vídeo a otra dimensión, y por lo que consigue transmitir. También me encantaría grabar en zonas muy salvajes, en las que el solo hecho de llegar ya suponga un reto. Y bueno, llegar a públicos grandes. Presentar un documental en un festival, por ejemplo.

–Por cierto, ¿dónde se puede ver tu trabajo?

–En mi web www.asierrequejo.com hay algunos vídeos y también en- laza con mis redes sociales.

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